Las otras especies pagan por nuestros caprichos culinarios. Ya no sólo es que criemos y matemos animales que hemos llamado «de consumo humano», sino que ahora también los denominados «animales salvajes», tendrán que morir para no comerse nuestra comida.
El Ministerio de Producción de Río Negro en Argentina prometió pagar 500 pesos argentinos (127 dólares) por cada ejemplar de puma muerto en la provincia, ya que el felino provoca daños a la ganadería ovina y vacuna.
El director general de Ganadería, Martín Oscos, anunció: «La suma que se paga oficialmente se aumenta, por otra parte, con un plus por cuenta de los propios ganaderos, que son los primeros interesados en terminar con esta plaga», agregó el funcionario.
La proliferación del felino se explica en el despoblamiento de algunos campos por efecto de la sequía que afectó a la región hasta el pasado otoño austral, dado que es un animal que tiende a alejarse si ve movimiento de personas, según expertos.
El director de Ganadería de Río Negro explicó que hay dos formas de cazarlos en esa provincia: con la colocación de trampas metálicas, provistas por el Ministerio de Producción o bien siguiendo el rastro con perros, hasta hallar al puma y matarlo con un rifle.
El ministro de Producción de Río Negro, Juan Accatino, justificó la caza obligatoria de pumas en la provincia. Detalló que «En Río Negro, los animales que están establecidos como plagas son el puma, el zorro y el jabalí, que están incluidos en el decreto reglamentario de la ley».
El director nacional de Fauna Silvestre de la Secretaría de Ambiente de la Nación, Daniel Ramadori, señaló «no nos simpatiza en absoluto la medida: viene haciéndose desde hace muchos años y no soluciona el problema de la predación de ovejas. El problema es que no se hace un manejo adecuado del ganado. Son campos muy grandes y con poco cuidado del ganado, ya que lo juntan cada tanto. Así no se puede pretender que no coman ovejas».
El director de AnimaNaturalis en Argentina, Eduardo Lopez, señaló: «Los intereses económicos de algunos no pueden nunca estar por sobre el derecho a la vida de una especie. El hombre invade el territorio del puma debido a la deforestación producida por la misma ganadería y la sequía, resultado de la falta de infraestructuras y los gases de efecto invernadero producidos por la industria ganadera».
Daniela Romero, especialista de AnimaNaturalis Internacional en desarrollo local manifestó: «Se debe tener un plan de desarrollo del territorio, porque a ese ritmo de expansión ganadera ya no existirán ‘medidas’ que les sean satisfactorias».
La definición de plaga nos señala una situación en la cual un animal produce daños económicos, físicos, a intereses de las personas (salud, plantas cultivadas, animales domésticos). La pregunta obligada es entonces, ¿quién es la plaga más grande del planeta? ¿qué animal causa todos estos – y más- estragos?
Lo único que hacen los pumas es sobrevivir, bajar a comer lo que encuentran porque su habitat ha quedado reducido por la ganadería industrial. Sin embargo, se les da caza y se paga una dinero por sus cueros como se hacía con los indios americanos en el viejo oeste.
La ganadería industrial es un problema complejo que lleva aparejados muchos otros, como la pérdida de especies y destrucción de espacios naturales. Cuando comemos carne, no sólo causamos daño directo al animal que privaron de la vida, sino que también apuntamos a un puma y jalamos el gatillo. Todos los consumidores de carne debieran ir a cobrar su recompensa.