Arturo González-Ortega es activista de Evolución Animal A.C. y de AnimaNaturalis Internacional, como muchos, dedica su tiempo y recursos en rescatar animales. Conoce su historia y descubre que tú también puedes ser un héroe para los animales.
¿Cómo empezaste a involucrarte en la defensa de los animales?
Desde niño sentí empatía por los animales. Nunca me gustó el maltrato hacia ellos pero si me los comía. Junto con mi familia, adopté algunos perros y gatos en mi infancia y más tarde, ya por mi cuenta, me paraba en el periférico de la Ciudad de México para sacar perros del camellón central o lateral.
¿Cómo fue tu transición al vegetarianismo?
Siempre estuve muy cerca de la información acerca del maltrato animal pero hasta entonces nunca había considerado adoptar una dieta vegetariana, ni por salud ni por los animales.
En Mayo de 2010 fui a una consulta general con mi doctor. Tenía 30 años, pesaba 103 kilos y mis niveles de colesterol y triglicéridos estaban por las nubes. Me dijo: “En 3 años tendrás diabetes y a los 40 te va a dar un infarto fulminante, tu sabrás”.
Comencé pues con una dieta más saludable y al mes ya había perdido bastante peso. En junio asistí como voluntario al World Naked Bike Ride donde AnimaNaturalis hizo una intervención ante los medios. Conocí a sus activistas y me llamó la atención su dedicación y congruencia y ese mismo mes adopté una dieta ovo-lacto vegetariana, cambiando la leche de vaca por leches vegetales. Para Julio ya pesaba 73 kilos y nunca había gozado de mejor salud. Uego dejé el huevo y hace unos meses, el queso.
En tu trayectoria como rescatista ¿A qué dificultades te enfrentas cuando se trata de otras especies?
He aprendido de forma empírica a interactuar con otras especies. Los perros son los más “fáciles” para mí pues toda mi vida he convivido con ellos. Los gatos son huraños pero aprendí algunos trucos, con ellos la paciencia y una buena jaula trampa son clave. Las aves son muy frágiles y hay que tratarlas con mucha delicadeza. Los caballos nos superan, por mucho, en fuerza y su manejo requiere de una logística más compleja. Los reptiles, en especial las serpientes, son los más peligrosos pues algunos son venenosos y sumamente rápidos por lo que hay que extremar precauciones.
Ningún animal ataca sin razón, ellos son inteligentes y evitarán una confrontación hasta verse acorralados; están más asustados que yo cuando tengo que atraparlos, pensar eso me sirve.
¿Recibes apoyo de las autoridades en casos de rescates o denuncias?
Yucatán es un Estado pionero en legislación pro derechos de los animales. Aquí, a partir del año pasado, el maltrato de animales domésticos es un delito que se castiga con multas y cárcel. La ley ahí está pero las autoridades a veces necesitan un empujón para que hagan su trabajo. Hace poco estuve presente en el Ministerio Público de Kanasín cuando la titular del MP argumentaba que la muerte de un perro por arma de fuego a manos de un tipo borracho y drogado no era maltrato animal pues el maltrato sólo se consideraba cuando el animal había sido lastimado en repetidas ocasiones por la misma persona. Una interpretación ridícula e irreal del código penal en donde claramente se estipula que comete un delito todo aquel que cause la muerte a un animal doméstico sin previo dictamen por escrito de un médico veterinario que justifique la necesidad de terminar con la vida del animal para evitar su sufrimiento. Al final y después de una llamada de la Fiscalía General del Estado para llamarles la atención, los integrantes del MP hicieron su trabajo. Las leyes ahí están pero los ciudadanos tenemos el derecho y la obligación de hacerlas valer cuando las autoridades no hagan su parte.
Por otro lado, estoy involucrado en la defensa directa de especies endémicas de la región como el venado, el pavo de monte o el jabalí. Ahí PROFEPA me ha ayudado en la medida de sus posibilidades. Los cazadores superan en numero a los agentes e inspectores federales y activistas por lo que atender las denuncias por cacería es un trabajo de tiempo completo para las autoridades de esta institución. Denunciar ante PROFEPA funciona, ya sea para casos de cacería, de maltrato animal en circos o bien para denunciar la tenencia de animales salvajes por parte de particulares. Este es el enlace para denunciar a nivel nacional, de manera anónima: http://www.profepa.gob.mx/innovaportal/v/1156/1/mx/haz_tu_denuncia.html
¿Cómo rescatar animales de manera organizada?
Primero fue adoptar en vez de comprar. Más tarde escalé a animales maltratados por sus «dueños», golpeados o abandonados en sitios como patios o azoteas llenas de excremento y basura o bien a animales de la calle que sufrían de alguna enfermedad o lesión que les impedía llevar una vida digna.
Cuando me reportan un caso de maltrato primero hablo con las personas. La ignorancia es el común denominador. El 70% de las veces las personas entienden y aceptan mejorar la vida del animal, ya sea ellos mismos o bien entregándome al animal. El otro 30% es más complejo pues involucra a personas agresivas con las cuales hay que denunciar por maltrato animal. Cuando la vida del animal corre peligro y nadie, ni la autoridad, hace nada, entonces hay que actuar con medios propios. Se trata de una vida; los animales no son cosas, un ser vivo que esta sufriendo pero no puede pedir ayuda.
Siempre hay perros en la calle o con necesidad de un hogar responsable. ¿Dónde pones tú el límite?
Sólo me detengo ante animales que están sufriendo o en peligro inminente, la mayor parte del tiempo por enfermedades, huesos rotos y atropellamientos. Tengo amistades que ayudan a encontrar hogares temporales y definitivos para muchos de los perros que rescato. Tener animales no humanos en casa no sólo se trata de mantenerlos; necesitan de nuestro tiempo y cariño y por esa razón he fijado mi numero en más o menos 20 perros.
Hago lo que está en mis manos. Sobrepasar mis límites, físicos y emocionales, me llevaría a hacer un mal trabajo por los animales.
De todos los rescates que has realizado ¿cuál es más representativo para ti y por qué?
Milco fue mi primer rescate formal, no tenía pelo y estaba cubierto de pus debido a una sarna tremenda (de la menos común y que no se quita) que aun lo aqueja después de 4 años. Alguna vez me mordió una boa y yo no sabía qué hacer, al final su mordedura fue mucho menos dolorosa y problemática de lo que esperaba, completamente inofensiva. En otra ocasión, agarré mal a una cascabel de 1.5 metros y lanzó su mordida, quedé a 5 milímetros de una visita al hospital.
Hace unos meses ayudé a un caballo en muy malas condiciones que usaban para jalar bultos pesadísimos de tierra. Llamé a las autoridades y se negaron a hacer su trabajo. Me dejaron a mi suerte ante una multitud de personas enojadas por pretender quitarle su “herramienta de trabajo” al señor tierrero. Me aferré al caballo y no permití que se fueran con él. Me apoyé en otros voluntarios y entre todos logramos ser escuchados. Ese caballo no volverá a ser maltratado.
¿Qué le dirías a quienes presencian a un animal en apuros y no saben qué hacer?
Que pidan ayuda. Todos conocemos a alguien que puede ayudar y que está a una llamada de distancia. Lo que daña y mata es la indiferencia.
Arturo rescatando a un perro. Con collar, Milco y Arturo
Arturo González-Ortega parabéns por sua dedicação em relação aos animais, acho que a maioria das pessoas já nascem com essa sensibilidade. Eu mesma, desde pequena sempre gostei dos animais e agora ajudo algumas ONG´s e alguns protetores, tenho 4 perros, todos são adotados e vindos de situações de maus tratos. Que todos se inspirem em seus relatos a manter uma relação de respeito com toda a natureza.
Tengo el honor de ser amigo y compañero rescatista de Arturo, pocos rescatistas tan dedicados como él, ojalá más gente siguiera su ejemplo.