Naciones Unidas declaró el 24 de abril, Día Internacional del Animal de Laboratorio, fecha del nacimiento de Lord Lodwing, quien fue presidente de un comité inglés que desde 1875 lucha contra la experimentación con animales.
Más de 300 millones de animales sufren cada año en laboratorios de todo el mundo. Entre los sujetos experimentales se encuentran perros, gatos, ratones, cerdos, cabras, chimpancés, monos y muchas más especies. Cada uno de ellos morirá como resultado de las lesiones que le fueron causadas o será sacrificado una vez finalizadas las pruebas.
La experimentación en animales no humanos es una de las fases más ocultas y a la vez controvertidas de la ciencia e industria. Cabe destacar que no sólo las ciencias médicas, físicas y biológicas se sirven de animales en sus laboratorios, sino que también lo hacen la industrias militares, cosméticas, tabacaleras y químicas en general.
En el laboratorio el animal puede ser privado de comida, agua o sueño. Es sometido a pruebas que incluyen mutilaciones quirúrgicas, envenenamiento, exposición a radiación y procedimientos invasivos como la aplicación de irritantes en la piel y ojos. Además de esto puede resultar quemado, gaseado, enfermo y sujeto a estrés psicológico. Todos estos procedimientos se realizan sin ningún tipo de anestésicos o analgésicos para no interferir con los resultados de los experimentos. Es por esto que los animales mueren o son sacrificados de forma deliberada para un examen post-mortem.
Más del 80% de la experimentación en animales se centra en la industria cosmética y en la higiene, a pesar de que existen métodos seguros y más humanos para probar productos sin tener que emplear animales. Debemos ejercer nuestro poder como consumidores responsables y promover las marcas de cosméticos y productos de higiene libres de crueldad. Muchos países ya han aprobado leyes que prohíben la experimentación en animales. Es el caso de Italia, India, Israel y Argentina, o recientemente, la Unión Europea.
Cada vez más estudiantes se niegan a realizar prácticas con animales y logran que éstas sean eliminadas de los planes de estudio.
Recordemos que los animales, como nosotros poseen plena capacidad de sentir placer y dolor. No hay justificación moral para usarlos en experimentos que jamás haríamos en seres humanos, y de los que ellos ni siquiera van a beneficiarse.
Deberíamos respetar al menos, lo único que ellos poseen: su propia vida.
Para conocer la lista de productos de higiene personal no probados en animales, visita: www.consumetico.org