Cowspiracy:The Sustainability Secret es un documental realizado por Kip Andersen y Keegan Kuhn que cuestiona lo sustentable de la producción de animales como comida.
Inspirado por Al Gore y su Inconvenient Truth, Kip se consideraba un ciudadano comprometido con el medio ambiente; ahorraba agua en las duchas, reciclaba todo lo que generaba, andaba en bicicleta, donaba a ONGs a favor de la naturaleza. Sin embargo, al leer una nota que señalaba a la industria cárnica como la causa número uno de la degradación del planeta, decidió hacer una investigación al respecto.
Cowspiracy narra la inquietud de un ciudadano respetuoso con el medio ambiente por averiguar por qué las principales organizaciones dedicadas a la protección de ecosistemas, agua, recursos naturales, vida silvestre, no muestran una postura definida y abierta en relación con los datos de la FAO respecto a lo insustentable y nocivo de la crianza de animales como alimento.
El documental es ágil y ameno y a través de entrevistas a funcionarios y representantes de organizaciones deja ver como hay una especie de “secretismo” que impide a los primeros tener una postura de ataque hacia las prácticas de la ganadería industrial.
Presenta de manera muy didáctica en gráficas e infografías la devastación de la que es responsable esta industria y es claro al señalar que no hay forma de justificar la crianza de animales, ni en términos de ecología, ni de sustentabilidad, ni de ética.
Es satisfactorio ver que los datos que presenta el documental coinciden con los que los activistas pro derechos animales repetimos en nuestras conferencias, charlas y conversaciones coloquiales cuando surge el debate del vegetarianismo.
Cowspiracy es una buen ejemplo de información que educa e inspira. La objetividad de quienes abogan por una dieta basada en vegetales basándose en los hechos comprobables puede quitarle el tinte “sentimental” que a muchos ambientalistas les molesta de quienes defendemos el veganismo por razones éticas.
Es sin lugar a dudas un documental obligatorio para quienes se dicen ecologistas y comen carne, y no tiene el afán de señalar o juzgar, sino simplemente de acompañar al espectador en la transición a la coherencia -como lo hace el mismo autor. Porque creo, como Kip, que muchos tenemos la inquietud de hacer algo por el planeta, y nuestra ignorancia nos limita a reciclar, usar la bici y ahorrar agua; pero hay mucho más que hacer: un cambio radical -en el sentido de irnos a la raiz- que nos orilla a tomar decisiones sobre la forma de alimentarnos.
Kip lo pone claramente cuando dice: “Me di cuenta que yo creía que al tomar duchas cortas estaba ahorrando miles de litros de agua y al saber que la producción de una sóla hamburguesa de res equivale a ducharse sin parar durante dos meses, sentí que no estaba abordando la totalidad del problema”.
Cowspiracy indigna al descubrir que las grandes y famosas organizaciones ambientalistas como Greenpeace, entre otras no tienen una postura definida respecto al tema a pesar de conocer la información existente, pero también inspira a tomar la decisión de ser ecologistas comprometidos y no sólo de manera cosmética o superficial. Si bien es de agradecerse que cada quien haga lo que pueda, el documental nos deja la esperanza de que hacer lo correcto -en términos de congruencia con nuestros valores- es sencillo y satisfactorio.
Recomiedo ampliamente este documental, no sólo para quienes ya tienen una inquietud hacia el cuidado del medio ambiente, sino para cualquiera que sienta que tiene la responsabilidad de hacer algo más que consumir y disfrutar de la Tierra sin darle un mínimo a cambio.
Para más información visite: http://www.cowspiracy.com
GRACIAS POR DARLO A CONOCER. LO MOSTRARÉ A MIS ALUMN@S.