Entrevista para Maricarmen García Coordinadora de Rescates y Representante en México de The Wild Animal Sanctuary (TWAS), de Denver Colorado.
P. ¿Desde hace cuánto tiempo trabajas en TWLS y cómo inició tu participación ahí?
R. Hace casi 10 años intenté rescatar a mi primer león, Kobú, quien vivía en una escuela primaria y era alimentado con perros callejeros vivos. En México no existen santuarios y los zoológicos no son un buen lugar para los animales. Al pedir asesoría a algunos de éstos, me recomendaban sacrificarlo. “Ya hay muchos leones en México, a nadie le interesa tener más”, me decían. Así comencé a buscar en Estados Unidos y encontré a TWAS, el santuario más grande del mundo para carnívoros rescatados.
P. ¿En cuántos rescates has participado y cuál es tu función en ellos?
R. He participado en 5 rescates importantes, pero atendido muchos casos, uno com más de 15 tigres y jaguares en Cancún. Rescatar a estos animales es muy difícil, el gran obstáculo desafortunadamente es la autoridad, que por alguna razón, algunas veces prefiere dejar a los animales en zoológicos donde lo único que hay son jaulas, en vez de autorizar su traslado al santuario. Mi función es llevar el caso de principio a fin: desde que llega el reporte, hacer denuncia, dar seguimiento, establecer contacto con quien tenga al animal, intentar su donación, preparar la documentación legal para que el proceso se lleve a cabo de forma adecuada, tramitar documentos de exportación (permisos, certificados de salud, CITES, etc), hasta ejecutar el traslado y acompañar a los animales durante el viaje.
P. El reciente rescate de TWAS pudimos seguirlo en redes sociales y es conocido como “Los ocho”, por ser 3 leones, 4 coyotes y una zorra. Cuéntanos un poco acerca de la historia de estos animales.
R. Malka, la leona de un año es una cachorra que compró un servidor público como mascota (de manera legal) y se la llevó a su casa. Bioparque Convivencia Pachuca la resguardó 6 meses mientras estaban los trámites listos.
Zeus el león de 17 años, los coyotes Rojo, Milli, Browni, Chiki y la zorra Rita fueron dejados en libertad por Bioparque Convivencia Pachuca, un lugar que hasta hace unos meses era un zoológico convencional, con instalaciones de hace más de 30 años. Bioarque se ha transformado en el primer Centro de Resate, Rehabilitación y Reubicación de fauna silvestre del país. Se dedicará a recibir animales asegurados y decomisados o provenientes de maltrato, para rehabilitarlos y luego dejarlos ir a lugares como The Wild Animal Sanctuary.
Tesla, la leona de 6 años estuvo abandonada dos meses en una casa en Nuevo León. En ese tiempo prácticamente sobrevivió a base de agua. Fue asegurada por Profepa y tiempo después decomisada. El parque La Pastora la donó a TWAS y la tuvo bajo su cuidado dos años, tiempo que tardamos en lograr la donación y posteriormente la salida del país.
P. ¿Cuál suele ser la actitud de las autoridades mexicanas a la hora de enviar a “sus” animales a santuarios o reservas fuera del país?
R. Desafortunadamente no hay una postura institucionalizada; cada caso se maneja con un funcionario u oficina diferentes, dependiendo de qué delegación de la Profepa sea, y estamos a merced de su criterio. Ha habido casos en que se impidió el traslado de los animales por una persona o interés particular, no por un criterio orientado a su bienestar. Me parece –aunque aún soy reservada con esto- que de unos meses para acá, Profrepa está eficientando sus procedimientos y elevando su visión hacia los animales. Una señal es este último rescate donde la dependencia se mostró interesada y colaboró todo el tiempo.
P. ¿Cómo se inició la gestión para trasladar a los animales de BPP a WLS?
R. Son animales que estaban en distintos lugares, sus procesos iniciaron en distintos momentos: el de la leona Tesla hace dos años pues su situación legal era compleja; el de Malka la leona cachorra, hace 6 meses pues quien la compró nos la donó; y los animales de Bioparque hace unos 3 meses. El reto fue cuadrar todos los tiempos para que pudieran irse todos juntos.
La gestión con Bioparque inició hace meses cuando me reportaron el caso de un tigre, Rajá, habitante del entonces zoológico. El animal estaba muy enfermo y algunos visitantes comenzaron a reportarlo y a informar que el lugar no contaba con condiciones adecuadas para los animales. Al contactar a la directora de Bioparque y proponerle que se convirtieran en un centro de rescate en vez de ser un lamentable zoológico, quedé sorprendida al recibir su aceptación. Erika Ortigoza, la directora del Bioparque y su equipo, inconformes y tristes por la situación de los animales, planeaban ya transformarse sabiendo que el modelo de zoológico es francamente obsoleto, inútil para la conservación y en muchos sentidos carente de ética. Fue un encuentro afortundado donde la coincidencia central es y será el bienestar de los animales como individuos.
P. ¿Cómo es un procedimiento habitual para hace este tipo de rescates?
R. Deben estar acreditada la legal procedencia del animal o en su defecto, ser donado por Profepa, libres de enfermedades contagiosas que pongan en riesgo a otros animales, tener vacunas, certificados de salud y microchips.Tramitarse ante Sagarpa los permisos sanitarios correspondientes y ante la Dirección General de Vida Silvestre de SEMARNAT los permisos CITES o de exportación. Al determinar si los animales se irán por tierra o aire, se diseña la estrategia correspondiente. En el traslado siempre vamos acompañados de un médico veterinario, porque trasladar a animales silvestres implica una serie de cuidados.
Hay reglamentaciones y leyes de exportación que no concuerdan con las de sanidad y esto resulta en tiempos legales para ejecutar la exportación que no coinciden y que complican los rescates. Y lo más lamentable quizá es comprobar que para algunos inspectores que debieran ser clave en la ejecución de las inspecciones, el bienestar de los animales no está entre sus prioridades. De tal suerte que en la realidad al hacer este tipo de operaciones, trabajas contra corriente, lidiando con tiempos burocráticos y personal que no se preocupa porque los animales crucen la frontera pronto minimizando su estrés. La Dirección General de Vida Silvestre ha sido siempre atenta y eficaz para tramitar permisos, igualmente la Sagarpa. En la frontera las cosas cambian y los animales padecen mucho la burocracia y falta de sensibilidad de algunos inspectores locales. Otros son sorpresivamente eficientes y comprometidos.
P. Mucha gente ignora que los animales pueden ser también víctimas de maltrato psicológico. ¿En tu experiencia con este tipo de maltrato, cómo afecta el cautiverio a los animales silvestres?
R. El caso más reciente y dramático es el de Chana, una leona de 20 años que reporté a Profepa hace al menos 6 años. Nació y vivió cautiva en el Restaurante Jardín del Corregidor de la Ciudad de México. Jamás se le dio atención médica y su encierro era miserable. Chana estaba deprimida, desmotivada. Lo decía no sólo su conducta si no su fisiología, los exámenes médicos (los pocos que se le hicieron por insistencia de su médico) demostraban un alto nivel de estrés. Esto ocasionó entre otras cosas que jamás menstruara y que su aparato reproductor se atrofiara.
He visto a Zeus el león del Bioparque vivir postrado viendo hacia la pared, evitando las miradas de los visitantes, y de vez en vez caminar mecánicamente pegado a la reja, haciendo el mismo recorrido una y otra vez, la mirada siempre perdida. Bastaron un par de días para que Zeus ahora en The Wild Amimal Sanctuary, haga contacto visual, se tire boca arriba y hasta haga algo que en los leones es muy parecido a un ronroneo.
Hay animales que se dejan morir de la tristeza como Chana, otros que se mutilan por la desesperación del encierro.
Conocí a una elefante en un zoológico de Texas a la que la medicaban con Prozac. Qué más claro que el usar un medicamento psiquiátrico para demostrar que como nosotros, los demás animales sienten, piensan y experimentan tristezas y alegrías.
P. ¿Cuál es la parte más difícil de un rescate de este tipo?
R. Sinceramente todo. Está la complejidad legal o la falta de legislación en México para facilitar el rescate, pero también el viajar por tierra custodiando a los animales, mantenerlos serenos, bien hidratados y lo menos estresados posible, lo que requiere de mucha templanza y energía física. No hay parte de un rescate silvestre que sea sencilla. ¡Hasta verlos partir es difícil por los vínculos que se crean, aunque sepas que es lo mejor para ellos!
P. ¿Cuál es el momento más satisfactorio?
R. Sin duda su llegada al santuario, ese primer paso fuera de la jaula, ese primer contacto con la tierra, con el campo. Sus reacciones son tan variadas como conmovedoras. Verlos libres es el mejor regalo que me puede brindar la vida.
P. ¿Qué le dirías a la gente que considera a los animales silvestres como mascotas o que asiste a lugares donde se les utiliza?
R. Un animal silvestre es eso: silvestre, libre, indomable. Aun cuando haya lugares como los circos y zoológicos donde a base de golpes o encierro intenten quebrar su alma libre, su naturaleza no cambia. Un animal cautivo es un animal que sufre.
Un animal silvestre por pequeño que sea es un peligro potencial para los humanos, una tarántula, un reptil o un león, son animales con hábitos que de ninguna forma se adaptan a una casa.
Invito a la gente a que piense que una decisión impulsiva puede arruinar una vida.
Este último rescate que implicó un viaje de más de 160 horas, el traslado de animales que habían pasado su vida cautivos, fue resultado del impulso de alguien que un día compró un león o pagó por ir a un circo o entrar a un zoológico. ¿Se imaginan? Una vida perdida, desperdiciada, olvidada tras unas rejas por el gusto momentáneo de una persona que quizá hoy ni se acuerde de ellos…
Gracias a Maricarmen García por su tiempo y su trabajo. Síguela en @laanemona
Ningún rostro animal debe estar tras una reja
Felicidades por este gran rescate, por ese gran corazòn y dedicaciòn a los animales, por tener ese coraje y amor, a todos los involucrados gracias, pero en especial a Maricarmen que hizo posible la libertad de los ocho y otros mas. Enhorabuena!!
felicidades y gracias por amar a los animalitos, ellos nos necesitan, somos su voz.
Más que amar, es una cuestión de respetarlos. Gracias
En hora buena, es una canallada encadenar, aprisionar quitarles su libertad, que por derecho propio tienen, no mas zoos, circos con animales no humanos, delfinarios, acuarios, todos son prisiones. Libertad para todos!!!! Que verguenza un pais como Colombia, con plazas de torturas, mataderos, zoonosis, es una verguenza, igual que toro de La vega, peleas de gallos, laboratorios de experimentación…. esos zoológicos son carceles!
Gracias, por preocuparse por estos animales, como quiesiera poder hacer entrar en razón, a todas esas personan que lucran con éstos bellos animales, sólo necesitamos tener un poco de Empatía y tratar de difundirla………