Causó mucho revuelo la noticia de una elefanta que escapó del Circo Unión y murió atropellada por un camión.
Puedo imaginar el hartazgo del animal tras años de cautiverio y malos tratos, su fuga después de derribar la puerta metálica de su prisión, y el terror que sintió al recorrer las colonias contiguas a la carretera que intentó cruzar, para finalmente, ser arrollada por un camión.
En la mayoría de las noticias, la elefanta aparecía como la causante de un accidente, la responsable de la muerte de una persona. Se hacía alusión a otro caso donde un felino preso en una jaula de azotea, mató a su cuidador, y se hablaba de la necesidad de regular la tenencia de animales silvestres que pueden ser «un peligro para la sociedad».
¿Quiénes son los verdaderamente peligrosos tanto para nuestra especie como para el planeta y sus habitantes no humanos?
Los circos, no son divertidos para los animales. Los animales son sacados de su habitat o criados en cautiverio, separados de su familia y obligados mediante golpes o privación de alimento a hacer una y otra vez cosas ridículas y peligrosas. El único momento en que salen de sus jaulas están aterrorizados por las luces, la gente, el ruido y la voz del domador, quien utiliza palos, ganchos, látigos o armas para controlarlos. En caso de que los animales no obedezcan o se resistan, el domador da un latigazo. El ruido hace que los animales recuerden el dolor que les causó durante los entrenamientos y ejecutan el número por temor a volver a sufrir. Muchos animales de los circos tienen cicatrices y marcas donde fueron golpeados.
Mientras no están en el escenario viven en jaulas o encadenados. Si intentan escapar, corren con muy poca suerte, pues cuando no son balaceados por la policía «“como la elefanta Tyke que escapó de un circo en Honolulu y fue matada con más de cien balas-Â mueren como Indra, atropellados por vehículos. Cuando los animales son viejos y ya no «hacen reír», las más de las veces son vendidos a zoológicos que ni siquiera cumplen los estándares mínimos de bienestar animal y terminan sus días solos y encerrados.
En México, existen 14 estados con leyes de protección a los animales las cuales tienen muchos vacíos, irregularidades y ni siquiera se cumplen. La mayoría de los problemas directamente relacionados con el bienestar animal, no están regulados y las autoridades hacen caso omiso de denuncias por parte de organizaciones defensoras de los animales. Esta vez, como murió una persona, acudió la instancia responsable para certificar que el Circo Unión presentaba en regla, los papeles de tenencia del elefante.
¿Un papel con un sello nos da derecho a privar de libertad a un ser inocente y con plena capacidad de sentir?
Lo que tiene que cambiar además de las leyes, son las actitudes de las personas. Mientras sigamos creyendo que los animales existen para beneficio humano y transmitamos este pensamiento a los niños, llevándolos a presenciar la humillación y maltrato de animales que deberían vivir en libertad, no habrá ley que baste. Los niños no deberían creer que es divertido encerrar animales y obligarles a hacer cosas contrarias a su naturaleza.
Indra tenía 40 años, ¿cuántos habrá pasado en cautiverio? Sometida a los caprichos de un público ignorante que se complacía al verla parada en dos patas o haciendo equilibrios en un taburete de estrecho diámetro. Indra no fue culpable ni responsable de ninguna muerte. Los verdaderos responsables de su muerte y de la del chofer del camión, son todos aquellos que asisten a los circos con animales y dan dinero a empresarios que lucran con el cautiverio y sufrimiento de otras especies.
Indra murió atropellada por un camión, pero dejó de tener una Vida desde que fue utilizada por el Circo Unión.
Información del entrenamiento de elefantes: http://www.animanaturalis.org/318
Video: http://www.animanaturalis.org/videos/1650_Circos