Sr. Dehesa:
Le escribo para comunicarle mi decepción al escuchar sus comentarios acerca de las corridas de toros expresados en su programa de radio en Monitor el día 5 de febrero.
Mientras un grupo de ciudadanos contrarios a la violencia y tortura ejercida hacia los toros en las plazas, se manifestaban de manera pacífica sobre un carril de Insurgentes, usted demeritaba esta acción con comentarios como: «quien quiera que vaya a los toros y quien no, que no vaya», «hay deportes más rudos que los toros como el futbol americano», «muchos de los defensores de los animales tratan muy mal a sus sirvientes».
La asistencia a la tauromaquia no es una cuestión tan trivial como de «quien quiera que vaya quien no quiera, no». Esta misma declaración de mediocridad podría aplicarse a una lapidación o a un linchamiento. No tenemos porque prohibirlos ¿verdad? mientras la gente no quiera ir, está bien que se siga torturando a un ser sensible hasta la muerte y que algunos tengan la opción de presenciarlos. Total, en gustos se rompen géneros.
En segundo lugar, señor Dehesa, la tauromaquia no es un deporte, pues la definición misma de deporte señala que es «recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico», además de que en un deporte, como el futbol americano, los participantes son voluntarios. En el caso de las corridas de toros, la recreación, pasatiempo, placer y diversión, se suscita solamente entre los sádicos espectadores, que disfrutan con el sufrimiento de un ser vivo, y el ejercicio físico sin duda lo experimenta el toro, tratando de huir de su situación de dolor, no el torero quien no necesita grandes atributos ni físicos ni mentales para acabar con su debilitada víctima.
Su desatino final fue definir a los defensores de animales como maltratadotes de sirvientes, término por demás déspota. Me permito señalarle la que mayoría de los defensores de los animales no contamos con empleados domésticos, sino que nosotros realizamos todo tipo de labores, desde limpiar nuestra casa y preparar nuestra comida «“vegetariana, está por demás decirlo- hasta estudiar, trabajar y participar en eventos como la marcha del 5 de febrero pasado, contra las corridas de toros. Quien trata bien a sus empleados tal vez no trate bien a sus familiares o amigos, o a los animales no humanos por ejemplo, así que ser «buen patrón» no es garantía de nada.
Es una lástima que un hombre tan culto como usted demerite sin buenos argumentos, las acciones de personas que simplemente tratan de sensibilizar a la sociedad sobre un problema grave como es la violencia ejercida hacia los que no pueden defenderse.
En nombre del Frente Antitaurino México y la comunidad internacional de defensores de los animales, le pido rectifique abiertamente lo que dijo en su programa, mostrando una actitud más crítica hacia la tauromaquia.
Espero su respuesta.