El Reglamento de Sanidad, Protección y Trato Digno para los Animales, de este municipio jalisciense, fue aprobado en sesión de cabildo el pasado 8 de Junio y se hizo oficial tras su publicación en la Gaceta Municipal del Ayuntamiento de Zapopan, el pasado 4 de Julio.

La prohibición de que operen circos con animales en esta demarcación, quedó establecida en su artículo 63°, que señala: «Queda estrictamente prohibido el establecimiento temporal o permanente de circos de circos con animales dentro del municipio de Zapopan, Jalisco, que ofrezcan y utilicen como atractivo principal la exhibición y/o participación de animales cualquiera que sea su especie». Con este precepto, Zapopan hace historia en México y sienta un precedente ejemplar para el resto de los municipios en este país.

El referido ordenamiento, además, prevé sanciones de hasta tres mil pesos para quienes tengan animales de compañía sin placa de identificación, microchip o tatuaje permanente, y para quienes tengan animales de compañía sin carnet de vacunación. También se estipulan sanciones para los adiestradores, albergues de animales, asociaciones civiles que tengan por objetivo proteger y dar refugio a animales en desamparo, médicos veterinarios, clínicas veterinarias y cualquier otro establecimiento que tenga relación con el trato hacia los animales, y omitan registrarse en el Departamento de Sanidad Animal de Zapopan.

Estos avances fueron resultado de un proceso de cabildeo que abarcó más de 15 años, entre diversas asociaciones defensoras de los Derechos Animales y activistas independientes, con administraciones de gobierno en Zapopan. Finalmente, en Junio de 2012, el proyecto se materializó.

Las razones aducidas para prohibir los animales en los circos comprenden la crueldad en el adiestramiento, el sufrimiento físico y psicológico que implica el cautiverio, la educación negativa para los niños y la amenaza pública en que se convierten los animales al intentar escapar, ya que atacan e incluso matan a sus entrenadores.

Los cirqueros argumentan que este espectáculo es una tradición. Recordemos que el que algo sea una tradición no necesariamente quiere decir que deba mantenerse a toda costa. Muchas actividades antes tradicionales han evolucionado o se han suprimido por significarle sufrimiento a un individuo o grupo social, o simplemente por ser obsoletas.

El circo con animales tenía sentido quizá en una época donde era la única manera de ver animales, y claro está el hombre encontró una manera provechosa económicamente de utilizarlos, pero hoy día podemos verlos en documentales y aprender realmente cómo son y sus comportamientos naturales sin tener que someterlos al cautiverio o privarlos de su libertad.

Hay que aclararle a los señores de los circos, que no pretendemos acabar con la tradición circense, sino que intentamos que evolucione y se ponga a la altura de los grandes circos que no utilizan animales. Si Atayde o los Hermanos Vásquez o Fuentes Gasca dejan de utilizarlos, les aseguro que tendrán mucho más adeptos, incluidos los animalistas, quienes admiraríamos su decisión de evolucionar en pro de una sociedad más respetuosa con los animales.

Nadie –ni los niños- se cree que los animales se divierten en el circo. Por más que nos permitan pasar a verlos tras bambalinas, para que certifiquemos “el buen estado” en el que viven, el argumento principal es lo injustificable de privar a un ser sintiente de su libertad y someterlo a entrenamientos para diversión nuestra.

Espero que México poco a poco se ponga a la altura de países como Finlandia, Austria, Costa Rica, Singapur, Israel, Alemania o ciudades como Barcelona, Río de Janeiro, Santiago de Chile, Bogotá y Buenos Aires, donde ya se han prohibido los circos con animales por el maltrato físico y psicológico que les representa.

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