Inspiración

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Haber visto la última película de Clint Eastwood: Invictus, me hizo releer una entrevista a Nelson Mandela donde da ocho lecciones de liderazgo.

1. El valor no es la ausencia del miedo, es inspirar a otros a sobrepasarlo.
2. Dirige desde el frente, pero no olvides tus orígenes.
3. Dirige desde atrás y deja que otros crean que están delante.
4. Conoce a tu enemigo
5. Mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos más cerca aún.
6. La apariencia importa: recuerda sonreír siempre.
7. Nada es blanco o negro.
8. Renunciar es también, dirigir.

Si vemos la historia de la lucha contra el apartheid podemos encontrar similitudes en la lucha contra el especismo. Algunos puntos que sugiere Mandela para ser un líder contra el racismo, sirven para ser un líder a favor de los derechos de los animales.

Cuántos de nosotros no hemos tenido miedo a cambiar nuestros hábitos, a las críticas, a enfrentarnos en un debate con un contrincante. Hemos temido el rechazo, la soledad, el dolor de ver a los animales en su eterna explotación, agonizando, muriendo. Sin embargo, recordemos que antes nosotros éramos parte de ese sistema, y cambiamos porque alguien llegó en el momento correcto con el mensaje correcto, o simplemente porque estábamos listos para dar el paso.

Motivemos a los que recién comienzan a interesarse por los derechos de los animales, a saber, a hacer más. Mostrémosle a cada uno el poder que tiene de cambiar su vida y la de millones de animales tan sólo tomando decisiones respetuosas: empodérate y empodera.

Saber contra quién luchamos es fundamental. Los explotadores, los ignorantes tienen puntos débiles que debemos conocer, pero también tienen virtudes que podemos utilizar para ayudar a los animales. Estando lejos de aquellos poco podremos lograr. Hacer pequeños grupos donde sólo nos relacionemos con quienes piensan como nosotros nos beneficia a nosotros, no a los animales. Es necesario inmiscuirse en la sociedad y llevarles un mensaje que tal vez nunca habían escuchado o al que no le habían prestado suficiente atención. Algunas personas pueden cambiar, no sabemos quienes ni cuándo pero nuestro trabajo es darles un folleto, explicarles algo, informarlos sobre la situación desesperada de los animales, y siempre es mejor hacerlo con una sonrisa y una actitud amable.

Nos cuesta no tomar partido y tratar de ver fríamente los motivos que impulsan a una persona a ser cruel o simplemente especista, pero la realidad tiene matices y así como nadie es completamente bueno o completamente malo, incluso quienes aún no consideran moralmente a los animales pueden enseñarte lecciones de humildad, solidaridad, compasión, empatía. Tú puedes hacer que ellos amplíen su visión e incluyan a otros animales.

No podemos hacerlo todo, pero podemos formar a nuevas generaciones para que nos ayuden, y así sucesivamente. Nuestra lucha es muy reciente y necesitamos el mayor número de simpatizantes de todas las edades y de todas las ideologías. Seamos humildes para reconocer que hay batallas que no podremos ganar por ahora, pero enseñemos a los más jóvenes a perseverar y seguir intentándolo.

Invictus es una película que habla sobre la inspiración. Sobre cómo podemos inspirar a otros a cambiar su vida y la de millones de seres -da igual la especie a que pertenezcan.

La venganza o el rencor no son sentimientos de espíritus nobles, como el de Mandela, como el de los animales no humanos. Para construir un mundo con más armonía tenemos que trabajar juntos, y esa es la verdadera dificultad y el gran reto.

Inspiración es lo que todos necesitamos para hacer bien nuestro trabajo, sea cual sea. El nuestro, activistas por los derechos de los animales es darle voz a los que sí la tienen, pero que no es escuchada.

Mandela siempre recurría a un poema que lo inspiraba a «levantarse cuando sólo tenía ganas de estar acostado», y es de un autor inglés del siglo XIX, William Ernest Henley.

Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invencible.

En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.

Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.

No importa cuan estrecho sea el portal,
cuan cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.

Nuestras almas deben ser invencibles y a pesar del dolor que vemos, de las injusticias que perseguimos, debemos ser dueños de nuestro destino, y asumirlo con el orgullo que da ser parte de la creación de un mundo más justo para todos.

especismo

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