Dicho así no es tan apetitoso el clásico huevo revuelto ¿verdad? Como la mayoría de los mexicanos crecí creyendo que el huevo era saludable y que no había desayuno más completo que un par de huevos fritos con pan tostado. También gustaba de los batidos con leche, chocolate y huevo crudo. !De milagro me salvé de la salmonelosis!
Mi época de ignorante, el oscurantismo»¦
Ahora me cuesta entender cómo el mexicano promedio consume 23 kilos de huevo al año, siendo este país el primer consumidor mundial. México, el mismo país que ocupa el número dos en la lista de obesidad en población adulta e infantil, después de Estados Unidos, y el número dos también en diabetes tipo 2.
¿Por qué consume tanto huevo el mexicano? Porque es la proteína de origen animal más barata en el mundo. Un huevo cuesta $1 peso mexicano, lo equivalente a 0.08 centavos de dólar y 0.06 céntimos de euro.
¿Por qué es tan barato? Por las pésimas condiciones en que viven las gallinas «ponedoras». Pensemos que una docena de huevo Bachoco (industrial) cuesta $12.50 (poco más de un dólar y poco menos que un euro), mientras que una docena de huevo de gallina criada al aire libre cuesta $38 pesos.
Esto no significa que a las gallinas criadas al aire libre les vaya mejor, simplemente les va menos mal, pero al final acaban convertidas en caldo de gallina, pues cuando su producción deja de ser rentable, son vendidas al matadero.
La vida «útil» de una gallina para huevos es aproximadamente de dos años, mientras que si siguiera su curso natural podría alcanzar 10 años de edad. Esto se debe a las terribles condiciones en que viven en las granjas industriales.
En una jaula de aproximadamente 30 centímetros cuadrados pueden amontonar hasta 3 gallinas. Pensemos en una hoja de papel tamaño carta. Las enormes bodegas que almacenan las jaulas están formadas por interminables pasillos de jaulas colocadas en tres niveles, donde las heces de las gallinas superiores caen directamente sobre las inferiores. El alambre de las jaulas lastima las patas de las aves hasta hacerlas sangrar y debido al poco espacio, ellas nunca pueden extender sus alas lo que les ocasiona yagas y pérdida de plumaje.
Para evitar que se agredan por estrés, se les corta el pico con una navaja ardiente y sin anestesia ni analgésicos -el pico de las aves está lleno de terminaciones nerviosas.
Las gallinas están siempre bajo luz artificial para hacerlas poner huevos constantemente y cuando su ciclo natural se detiene son forzadas a otra puesta (force molting) mediante privación de alimento y agua.
Cada huevo producido en una jaula significa el consumo de cerca de 180 litros de agua el producto. En la India, por ejemplo, la gente más pobre utiliza un promedio de solamente 10 litros de agua cada uno por el día.
Si pensamos en el medio ambiente, el gas amoníaco que se escapa en la atmósfera es un agente contaminador ligado a la lluvia ácida. Los estudios han demostrado que las granjas avícolas tienen uno de los índices más altos de emisión de amoníaco. Los niveles de amoníaco y del polvo inhalable en estos establecimientos suele sobrepasar los límites regulados para la exposición continua para los animales o trabajadores.
Pero a veces no basta dar toda esta información, seguimos considerando que el huevo es delicioso y eso importa más que todos los daños que conlleva, incluso para nuestra salud.
Por eso cuando me ofrecen algo que contiene huevo prefiero decir que no consumo «óvulos de gallina», así en lugar de la imagen de algo comestible, el interlocutor puede pensar en un conjunto de células de desecho.
Cuando la ética no es suficiente, echo mano del mínimo sentido del asco del omnívoro.