Dentro del movimiento por los derechos de los animales hay posiciones «pro-vida» y posiciones «pro-derecho a decidir», de la misma manera que cada una de estas posturas tiene sus opiniones respecto a los derechos de los animales, de tal manera que no se puede decir que el movimiento animalista está a favor de la legalización del aborto o en contra. Sin embargo, el reciente debate ante la despenalización del aborto en la Ciudad de México nos da pie a hacer algunas reflexiones interesantes.
Sin adentrarme en lo que sería propiamente un debate filosófico en relación al tema, sólo me gustaría aclarar que es necesario distinguir entre la vida meramente biológica, que es tanto un embrión como un óvulo, un espermatozoide, o un tumor maligno y lo que podemos considerar «un sujeto de vida» o lo que Tom Regan llamaría subject of a life.
La pregunta verdaderamente importante es cuándo inicia el estatus moral de un ser humano. ¿cuándo surgen las características que hacen que reconozcamos a un ser humano como tal? Tal vez cuando comienza a tener consciencia de sí mismo, cuando desarrolla un sistema nervioso central que le permite sentir placer o dolor, y esto se da en el momento en el que el feto es viable, es decir, cuando puede subsistir fuera del útero: no antes del sexto mes.
Durante la intensa campaña pro-vida se colocaron varios espectaculares con textos como «A un hijo se le defiende con la vida» o «No matarás significa no abortarás». Al leerlos pensé en las millones de madres no humanas que son separadas de sus hijos para que la industria los convierta en comida, en zapatos o en «subproductos de desecho», y en que a los hijos no humanos comúnmente no se les defiende con tanto fervor. Desee cambiar ese no abortarás por un no comerás animales. Sólo con el fin de hacerle ver a nuestra sociedad hipócrita que resulta difícil condenar el aborto «en una sociedad que hace una carnicería de formas de vida mucho más evolucionadas por el simple sabor de su carne.» (P. Singer, Ética práctica, pág.151, 1988).
La discusión sobre la legalización del aborto no es fácil, pero tampoco se reduce a frases conmovedoras ni culpabilizadoras. Si las utilizamos hemos de estar dispuestos a aceptar lo que de ellas «“lógicamente»“ se siga, aunque muchas veces parece no convenirnos»¦